Colonia española


Luego de la llegada de los ibéricos, se dio inicio a un proceso de colonización, con el establecimiento de ciudades y de rutas comerciales entre el territorio y la metrópolis. Se efectuaron demarcaciones de territorio con el fin de crear una estructura jurisdiccional que se materializó con la creación de la provincia de Margarita (1525), Venezuela (1527), Trinidad (1532), Cumaná (1536), Guayana (1591) y posteriormente la de Maracaibo (1676). No obstante, este proceso no se quedó sin percances: los españoles enfrentaron varias rebeliones por parte de los indígenas locales, las más destacadas siendo la comandada por el cacique Guaicaipuro en 1560 y la sublevación de los Quiriquires en 1600, y hasta de sus propios contemporáneos, como Lope de Aguirre.

El orden colonial terminó de implantarse hacia finales del siglo XV con el cabildo y la Iglesia. Al mismo tiempo, se comenzaba progresivamente con el proceso de mestizaje en el territorio, que definiría al perfil social del país. El comercio y la extracción de recursos minerales y naturales florecieron, a la vez que las provincias enfrentaron ataques de piratas como el de Henry Morgan a Maracaibo en 1678. Ante el auge del contrabando por la región en los años siguientes, se resolvió crear en 1728 la Compañía Guipuzcoana para ejercer el monopolio comercial.
Las provincias existentes, entonces gobernadas por la Real Audiencia de Santo Domingo, pasaron a formar parte del Virreinato de Nueva Granada en 1717, pero conformó un solo ente autónomo al crearse la Capitanía General de Venezuela en 1777.

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