Primeras campañas


Después de serle concedida la patente, el ahora Capitán Francisco de Miranda fue asignado al Regimiento de Infantería de la Princesa, al mando del Mariscal de Campo Juan Manuel de Cajigal, iniciando así su carrera militar.

Así desde 1773 hasta 1780, Miranda estuvo asignado en las plazas militares de Madrid, Granada, Melilla y Cádiz de forma intermitente y tuvo una vida social intensa en la que aparecen sus dos primeras amantes.

Tuvo que compaginar a la vez su vida social con su actividad militar, que ya no fue de estudio sino de combate. Enfrentó problemas disciplinarios dentro del Ejército real y su carácter fue evolucionando de forma que siguió cultivándose intelectualmente con libros que inevitablemente hicieron que la Inquisición comenzara a vigilar sus actividades.

Sin embargo, es en esta época cuando tuvo lugar su primera hazaña militar destacada (La Defensa de Melilla), acontecimiento ocurrido en la ciudad española de Melilla, en África entre 7 de diciembre de 1774 y el 16 de marzo de 1775 en el que las fuerzas españolas lograron rechazar a las del Sultán Sidi Muhammed ben Abdallah, Emperador de Marruecos.

En dicha acción, Miranda presentó al comandante español Juan Skarloch un plan para inutilizar a la artillería enemiga mediante una especie de operación tipo comando que él mismo estaba dispuesto a dirigir.

Después en julio de 1775, Miranda fue enviado con las tropas españolas destinadas a atacar Argel en una acción militar que fracasó y de la que logró escapar milagrosamente a pesar de estar herido en las piernas y de que su mosquete había sido destrozado por una bala enemiga.

Sin embargo, a pesar de las acciones realizadas y del peligro enfrentado, Miranda no obtuvo condecoración o ascenso alguno y fue destinado a la guarnición de Cádiz.

Allí el Conde O'Reilly le impone un arresto por fallas en el uso del uniforme y poco después su situación se complicó aún más en Madrid y tras la intervención del Inspector General y de su antiguo comandante Cajigal, el mismo rey dispuso que fuera trasladado al Batallón de Aragón en Cádiz como Ayudante de campo bajo las órdenes de Cajigal.

En Madrid


El 27 de marzo de 1771, Miranda llegó a Madrid y comenzó a ser consciente de realidades que ignoraba hasta entonces y que le impresionaron notablemente tales como una gran biblioteca, la abundancia de obras de arte, la majestuosidad de los edificios y el espectáculo de la nieve y los cultivos decorando el paisaje, que le parecieron fabulosos.

Durante sus primeros días estuvo hospedado en una posada hasta que logró trasladarse a una vivienda particular en la que se instaló de forma cuidadosa e inició sus primeros estudios en la ciudad con lecciones de Matemáticas, Geografía y de los idiomas inglés y francés, iniciando así un aprendizaje que no sólo comprendió la formación académica sino también recorridos minuciosos por la ciudad y sus alrededores.

La llegada de Miranda a Madrid coincidió con una etapa de transformación urbanística de la ciudad iniciada por el rey Carlos III, que abarcó de forma directa e indirecta todos los aspectos de la vida de sus habitantes, lo que dio un impulso renovador beneficioso para la ciudad.

Así Miranda contempló edificios y monumentos emblemáticos del Madrid de la época como la Fuente de Neptuno, La Cibeles, el Paseo del Prado con su museo, el Palacio del Buen Retiro, y poblaciones aledañas como El Escorial o Segovia.

En lo social, el Madrid de entonces concentraba su vida literaria en la Fonda de San Sebastián, lugar frecuentado por ilustres escritores y una actividad cultural pujante a la que la obra de la Real Academia, las sociedades económicas y el auge de las imprentas contribuyeron notablemente.

La Plaza de Toros y los teatros populares eran los centros de distracción cotidianos en los que la Nobleza no podía evitar el contacto con «la plebe» y se entremezclaban las costumbres populares con las cortesanas. Y también era el Madrid en el que la Santa Inquisición vigilaba por todas partes a modo de policía cultural y política.

Es en el Madrid de esta época en el que Miranda tiene sus primeras impresiones fuera de Venezuela y también comienza a crear su biblioteca personal, en la que empezó a tener incluso libros que estaban prohibidos por la Inquisición y de la que mantuvo una lista detallada en su archivo personal.

La naturaleza y el número de libros adquiridos en Madrid son una indicación precisa de que, a pesar de la presencia de la Inquisición, existía en la ciudad un ambiente intelectual muy amplio. Libros de matemáticas, arte militar, historia, religión, filosofía y literatura formaron parte de sus lecturas.

Muchos de esos libros constituyeron para Miranda enseñanzas definitivas, que mantuvo cerca de él durante el resto de su vida, entre los que destacan las obras de Maquiavelo, La destrucción de las Indias, de Fray Bartolomé de Las Casas; obras de Lord Bolingbroke, Burke y Locke; Los principios del arte militar, de Federico de Suecia; La historia filosófica, del Abate Reynal; Los principios de política natural, de Burlamaqui; los Comentarios, de Julio César; El arte de la guerra, de Puyssegur; la Táctica, de Guibert; así como también obras de Pope y Virgilio.

Buscó ampliar sus conocimientos científicos y literarios con el estudio de la trigonometría, la geometría, el álgebra, la física, la óptica, la gramática, la poesía y la comedia. También complementó su cultura general con lecturas de religión e historia y mejoró sus conocimientos de los idiomas italiano, inglés y francés.

Por último adquirió una flauta para ejercitarse en el arte de la música leyendo las Reflexiones sobre la música del Abate Dubos.

También se ejercitó con la geografía mediante el uso de mapas y globos terráqueos y, como quería presentarse para obtener el grado de Capitán en el Ejército real, se empeñó en estudiar táctica, arte militar, arquitectura militar, ingeniería militar, artillería, fortificación y ataque de plazas.

Después de una concienzuda preparación y del pago de 85000 reales de vellón, obtuvo una Patente de Capitán según el trámite administrativo correspondiente, que le fue concedido el 7 de enero de 1773 mediante escritura notarial.

Educación


Pese al rechazo de los mantuanos, su padre Sebastián siempre perseveró en su empeño de mejorar la situación de la familia, de modo que además de acumular riquezas y cargos importantes, sus hijos recibieran educación universitaria.

Así, el 10 de enero de 1762, Miranda comenzó sus estudios en la Universidad de Caracas bajo la regencia del Dr. Antonio Monserrate, y durante dos años estudió latín, los inicios de la Gramática de Nebrija y el Catecismo de Ripalda.

Desde el año 1764 hasta 1766, Miranda cursó estudios en la Clase de Mayores de la misma Universidad, donde profundiza sus conocimientos de latín mediante el estudio de los escritos clásicos de Cicerón y Virgilio, completa sus estudios de la Gramática de Nebrija, nociones de historia sagrada y profana, religión, aritmética y geografía.

Finalmente, realizó el curso de Artes en la Universidad de Caracas estudiando las materias de Lógica, Física y Metafísica para obtener el título de Bachiller con el que se iniciaba estudios en Teología, Jurisprudencia o Medicina. No se sabe de forma fidedigna si Miranda llegó a obtener el título de Médico y sólo se cuenta con su testimonio personal afirmando haberlo recibido en 1767, con 17 años pues, si es que nació en 1750, lo que no parece muy coherente.

Por testimonio personal de Miranda se sabe que algunos de sus maestros fueron los Doctores Domingo Velázquez, Francisco José de Urbina y Gabriel Lindo; todos ellos notables expertos en sus especialidades y con los que sin duda la educación básica de Miranda debió ser de una calidad notable.

Sin embargo, a partir de 1767 se da una interrupción en los estudios de Miranda que posiblemente se vieron afectados por las circunstancias vividas por su padre.

El hecho de que el padre de Miranda, hubiera sido nombrado Capitán de las Milicias de Caracas siendo comerciante isleño era algo que incomodaba a los Mantuanos, pues había alcanzado una distinción social importante, al convertirse en un personaje de cierta influencia. Parece como si, éstos empezaron a crear intrigas para desacreditarle y anularle en la vida pública.

Esto desencadenó una serie de circunstancias en las que después de una sentencia real, el padre de Francisco obtuvo la victoria y sus derechos le fueron reconocidos pero le crearon una enemistad irreconciliable con los Mantuanos que nunca olvidaron el conflicto ni le perdonaron el desafío, lo que influenció inevitablemente en las decisiones posteriores de Miranda.

Después de la victoria judicial de su padre, las dificultades para desarrollar planes futuros en una sociedad tan limitada como la caraqueña influyeron en que decidiera, con poco más de 20 años, marcharse a España. Embarcó pues el 25 de enero de 1771, desde el puerto de La Guaira, en una fragata sueca denominada Príncipe Federico, para servir en el Real Ejército español.

Infancia y vida familiar


Los orígenes de Francisco de Miranda fueron relativamente humildes. Su padre, Sebastián de Miranda Ravelo, era originario de la población de La Orotava, en Tenerife, una de las Islas Canarias y posiblemente emigró a Venezuela como consecuencia de la erupción del volcán Teide, el día 31 de diciembre de 1704, que afectó particularmente a dicha población y que después se vio asolada por la presencia de piratas ingleses, conflictos políticos y penurias económicas de las Islas Canarias debidas a la situación colonial.

Sebastián de Miranda, por razones de nacimiento, pertenecía a una categoría social considerada inferior a la de los Blancos españoles y los criollos que se denominaba entonces Blancos de orilla, y por ello trató de demostrar en un juicio real que sus orígenes eran «puros» para así poder obtener mayores privilegios sociales.

Logró llegar a Caracas y establecerse como comerciante de lienzos y, con el tiempo, contrajo matrimonio, el 24 de abril de 1749, en la Iglesia Catedral de Caracas, con una mujer caraqueña llamada Francisca Antonia Rodríguez de Espinoza y que también era de origen canario y necesariamente blanca, ya que de lo contrario la boda no hubiera aparecido en el registro de matrimonios y sus hijos jamás hubieran podido ir a la Universidad.

El primogénito de nueve hijos e hijas del matrimonio, Sebastián Francisco de Miranda nació el 28 de marzo de 1750 en Caracas. Sus hermanos se llamaron Ana Antonia, Rosa Agustina, Micaela Antonia, Miguel Francisco, Javier, Francisco Antonio, Ignacio José, Josefa María y Josefa Antonia.

Fue bautizado en la Iglesia Catedral de Caracas, el 5 de abril de 1750, por el Bachiller Tomás Bautista de Melo.

En sus inicios, la familia Miranda era económicamente modesta y vivía dentro del grupo de colonos canarios llegados a Caracas que en costumbres, trato y nivel formaban un núcleo aparte de los Blancos Criollos, los Españoles y los Pardos; y aunque jurídicamente no estaban discriminados, socialmente no era así.

Con el tiempo, la situación de la familia mejoró notablemente y, Sebastián de Miranda logró hacer fortuna como comerciante en Caracas, llegando a ser propietario de diversos inmuebles en la ciudad.

Ya en aquellos tiempos existían roces y conflictos sociales que empezaron a crear un problema de gobernabilidad en Venezuela para las autoridades coloniales, que además tenían que aliviar las secuelas negativas de la presencia de la Compañía Guipuzcoana en la provincia.

En La Orotava, la familia Miranda era considerada gente distinguida e ilustre, a diferencia de Caracas. Buscaban pues allí posición social similar rehaciendo su fortuna mediante el trabajo, y/o llegando a obtener títulos académicos en la Universidad. Así, su padre logró además de hacer fortuna, ser nombrado Capitán del Batallón de Milicias de Blancos de Caracas pero por ser isleño (nativo de Las Islas Canarias) y comerciante su nombramiento produjo un fuerte rechazo de la sociedad Mantuana (Blancos Criollos, descendientes de españoles pero nacidos, como Sebastián Francisco, en territorio americano), reflejo de conflictos sociales latentes , una de las causas de la Independencia.

Había cierta dosis de desprecio de los mantuanos hacia su padre por ser un comerciante, ocupación que a sus ojos lo inhabilitaba para ser Capitán de Milicias.

Francisco de Miranda


Sebastián Francisco de Miranda Rodríguez (Caracas, 28 de marzo de 1750 – San Fernando, Cádiz, 14 de julio de 1816) fue un general y Presidente venezolano, considerado como precursor de la emancipación americana del Imperio Español; conocido como «El Primer Venezolano Universal», «El Americano más Universal» y con el nombre abreviado de Francisco de Miranda, fue el creador de la idea de Colombia como nación y combatiente destacado en tres continentes: África, Europa y América.

Viajó durante gran parte de su vida participando en conflictos armados al servicio de diversos países, entre los que destacan tres guerras a favor de la democracia: la Independencia de los Estados Unidos, la Revolución Francesa, acontecimiento del que fue protagonista destacado, por lo que le fue otorgado el título de Héroe de la Revolución, y las Guerras de Independencia Hispanoamericana.

Aunque fracasó a la hora de poner en práctica sus proyectos, su ideal político perduró en el tiempo y sirvió de base para la fundación de la Gran Colombia y sus ideas independentistas influyeron en destacados líderes de la Emancipación como Simón Bolívar y Bernardo O'Higgins.

Su nombre está grabado en el Arco del Triunfo en París. Su retrato forma parte de la Galería de los Personajes en el Palacio de Versalles; su estatua se encuentra frente a la del General Kellerman en el Campo de Valmy, Francia.

Diferendo Limítrofe




Prácticamente desde la separación de la Gran Colombia ha existido un diferendo limítrofe entre Venezuela y Colombia por la no delimitación de las aguas territoriales y submarinas que le corresponderían respectivamente a cada país sobre el Golfo. Cada una de las partes ha recurrido a diferentes documentos y versiones sobre la historia colonial para justificar sus respectivas pretensiones sobre la extensión marítima a delimitar.

Se considera que el que Golfo posee una gran importancia estratégica por la existencia de petróleo en el mismo como una de las razones que motivan la disputa entre las partes en tiempos modernos.

Los principales problemas de delimitación en el Golfo de Venezuela surgen a raíz del reconocimiento de la soberanía venezolana que, inconsulto, un canciller colombiano en 1952 otorgó sobre el Archipiélago Los Monjes, durante el gobierno del presidente interino Roberto Urdaneta Arbeláez. Si bien el congreso Colombiano no avaló en su momento las declaraciones del canciller, con el tiempo ha reconocido finalmente la preponderancia del acuerdo internacional.

Golfo de Venezuela


El Golfo de Venezuela, también llamado Golfo de Coquivacoa o Golfo de Maracaibo en algunas fuentes, es un cuerpo de agua ubicado en el norte de América del Sur que en su mayor proporción conforma las aguas territoriales de Venezuela. Una pequeña parte del mismo está ubicado frente a las costas de La Guajira colombiana, lo que ha llevado a que persista un diferendo límitrofe entre ambos países por la no definición de la frontera marítima entre ambos.

Piero de Médici


Nacido en Florencia, él fue el hijo mayor de Lorenzo de Médici (el Magnífico) y Clarice Orsini. También fue el hermano mayor del Papa León X.

Piero fue educado para suceder a su padre como señor de Florencia, bajo notables figuras como Angelo Poliziano. Sin embardo, su carácter débil, arrogante e indisciplinado era la prueba de que no era el hombre para ese puesto.

Poco después de que tomo el poder de Florencia en 1492, Carlos VIII de Francia entró en Italia (1494) con un gran ejército, en parte para afirmar su demande del trono de Nápoles, pero también para apoyar a Ludovico Sforza, il Moro, ex- regente de Milán, que esperaba ejecutar a su sobrino, Gian Galeazzo Sforza, y reemplazarlo como duque.

Después de establecerse en Milán, Carlos decidió moverse hacia Nápoles, pero primero debía tomar la Toscana para asegurar las líneas de comunicación con Milán. Piero intento permanecer neutral, pero eso era inaceptable para Carlos, que invadió la Toscana. Piero procuro una resistencia, pero no recibió mucha ayuda de Florencia, que sufría influencia de Girolamo Savonarola; incluso sus primos desertaron.

Por lo tanto, Piero dio todo lo que Carlos le exigió, sin fabricar ninguna tentativa de negociar mejores términos. Esto produjo la furia de Florencia, lo que condujo a que la familia Médici escape de la ciudad, después de lo cual, su palacio fue saqueado. Así, se restableció la República de Florencia y se exilió a la familia formalmente, para vagar a través de los estados italianos y europeos.

Durante la guerra de Nápoles (1501-1504) que mantuvieron españoles y franceses por la posesión del reino de Nápoles, tomó partido por éstos últimos. En 1503, tras la derrota francesa en la batalla del Garellano, murió ahogado en el puerto de Gaeta cuando intentaba alcanzar las galeras que llevaban a cabo la evacuación de las tropas francesas.

Lugares de interés


Napoleón Bonaparte dijo de esta plaza que era «el salón más bello de Europa» (hay que entender la palabra «salón» como sinónimo de plaza). Las demás plazas de Venecia se llaman campo. El suelo es de losas de piedra de Istria. La plaza está delimitada por edificios famosos: al fondo, la fachada de la basílica de San Marcos, el Campanile de ladrillo, (desde allí señalaban la llegada de los barcos y los incendios de la ciudad. Hay que subir para ver la vista de Venecia), el Palacio Ducal, la Torre del Reloj. Delimitando la gran plaza con una longitud de casi 3.500 m están los dos edificios llamados Procuradurías Viejas y Procuradurías Nuevas, cuyas fachadas son una continua arcada.

El edificio de las Procuratie Vecchie ('Procuradurías Viejas') es la sede de procuradores y magistrados encargados de la conservación de la basílica. El edificio se encuentra a la derecha de la basílica. En el lado opuesto se encuentran los edificios de la Procuratie Nuove ('Procuradurías Nuevas'). Al fondo de la plaza de San Marcos, entre estos dos edificios se encuentra la Fabbrica Nuova, hoy Museo Corner. En el extremo del edificio de las Procuradurías Viejas, en el ala norte de la plaza se encuentra esta torre, llamada también de Los dos Moros. Da acceso al barrio de las Mercerías. En el centro de la torre se muestra el gran reloj que señala las horas, los días y el curso de los planetas y las estrellas. En lo alto se ven las figuras que han dado el nombre de moros y que dan las horas golpeando una campana. Se puede subir a la terraza donde se encuentran estas.

Arte y cultura


Venecia goza de una fama legendaria por su amplio patrimonio artístico y largo historial como referencia de la pintura europea. La riqueza de los poderosos de la ciudad (la Iglesia, los políticos y ciertos comerciantes) permitió mantener un prolongado patrocinio sobre pintores, arquitectos y demás artistas: desde Gentile Bellini en el siglo XV hasta Francesco Guardi a finales del siglo XVIII, pasando por Giovanni Bellini, Tiziano, Giorgione, Sebastiano del Piombo, Tintoretto, Veronés, Jacopo Bassano, Giambattista Tiepolo, entre otros. Curiosamente, muchos de estos artistas habían nacido en otras localidades y acudieron a Venecia atraídos por su pujanza.

El estilo de los sucesivos pintores de Venecia mantuvo algunas características comunes (colorido cálido y rico) que irradiaron su influencia por media Europa. La llamada «Escuela veneciana» influyó en maestros tan diversos como Rubens y Velázquez, y modeló en parte el estilo barroco del siglo XVII.

En Venecia nació Antonio Vivaldi, el gran compositor, el 4 de marzo de 1678 y murió en Viena, Austria el 28 de julio de 1741.

Desde 1893 alberga la Bienal de Venecia, que incluye el festival de cine anual Mostra Internazionale d'Arte cinematográfica.

La fiesta más popular de Venecia es el Carnaval cuya tradición se remonta al año 1800 posiblemente, al siglo XI cuando Venecia comenzaba a dominar marítimamente importantes porciones del mar Mediterráneo. Oficialmente se declaró existente como festividad suprema durante el siglo XIII. Sin embargo es sólo hasta el siglo XVIII cuando el Carnaval de Venecia alcanza su punto máximo. A él acudían viajeros y aristócratas de toda Europa, en busca de diversión y placer. Con la decadencia de Venecia como poder mercante y militar, el carneval palideció hasta casi desaparecer. Se recuperó algo de su festividad hacia finales del siglo XX, cuando la ciudad se ve abrumada por la invasión de miles de turistas, aunque las grandes épocas de diversión desenfrenada quedaron atrás. El Carneval de Venecia se caracteriza porque sus participantes usan elaboradas máscaras para cubrir sus rostros.Venecia ha tenido un desenvolvimiento magno en el arte.Es una de las ciudades con grandes bellezas arquitectónicas.

Las máscaras de Venecia han tomado importancia a lo largo del tiempo, su gran esplendor y colorido caracterizan este gran carnaval que se celebra a partir del mes de febrero. Además han sido encontradas una cantidad de máscaras por toda Europa, esto hace que tengan una significativa importancia histórica. Mascaras hay de todo tipo: redondas, cuadradas, rectangulares, con forma de gato, hay infinitas; el precio suele oscilar entre los 15–30 euros las normales; las que se ponen con plumas, con más accesorios, suelen costar a partir de 110–120€.

Transporte


Venecia es famosa en el mundo por sus canales, está construida en un archipiélago de 120 pequeñas islas y alrededor de 150 canales. Las islas están conectas por unos 400 puentes. Sus canales componen un gran entramado a modo de calles que parten del Gran Canal, que es como una gran avenida por donde discurren multitud de embarcaciones, grandes y pequeñas, siendo estas últimas las conocidas góndolas. Son muy útiles los transportes colectivos o vaporetos. En la parte antigua del centro los únicos medios de desplazamiento son las embarcaciones y el caminar.

La clásica embarcación veneciana es la góndola, actualmente es usada fundamentalmente por turistas, o por bodas, funerales y otras ceremonias. La mayoría de los venecianos viajan en los barcos de transporte colectivo, denominados vaporettos, que funcionan a modo de autobuses y cubren rutas regulares a lo largo del gran canal y entre las distintas islas. La ciudad también tiene muchos barcos privados. Las únicas góndolas que existen, de uso común por los venecianos son los traghettos, encargadas de cruzar el canal en aquellos puntos donde no existen puentes.

El Aeropuerto de Venezia Marco Polo se encuentra en tierra firme, conectado a la ciudad por autobús, ferrocarril y un servicio marítimo que recala en varios puntos de la ciudad siendo la plaza de San Marcos el fin de su trayecto.

Política matrimonial


La política de los Reyes Católicos incluyó también las alianzas por los matrimonios de sus hijos. Fueron éstos:

* Isabel, casada con infante Alfonso de Portugal, y después con Manuel I de Portugal, primo de su primer esposo.
* Juan, casado con Margarita de Austria y muerto prematuramente (1497). Está enterrado en el Real Monasterio de Santo Tomás (Ávila).
* Juana (Juana la Loca), se casó con Felipe de Austria (Felipe el Hermoso), hijo del emperador Maximiliano I de Austria.
* María, casada con Manuel de Portugal, su concuñado, al morir su hermana Isabel.
* Catalina, se casó con el príncipe heredero de la Corona de Inglaterra, Arturo, y tras la prematura muerte de éste, con su hermano, el que más adelante sería Enrique VIII de Inglaterra.

En otras palabras, ésta se orientó en la búsqueda de la alianza con Portugal y en la creación de una coalición opuesta a Francia que siempre había alegado pretensiones sobre ciertos territorios de la corona de Aragón, al declararse heredera del Imperio de Carlomagno, aunque no había sido enemiga de Castilla.

Política religiosa


El Papa Inocencio VIII concedió a los Reyes Católicos el derecho de Patronato sobre Granada y Canarias, lo que suponía el control del Estado en los asuntos religiosos.

Una bula del Papa Sixto IV en 1478 creó la Inquisición en Castilla para un control de la pureza de la fe. Ya que en Aragón existía desde 1248, de este modo la Inquisición española fue la única institución común para los dos reinos. Fue muy dura la etapa de Fray Tomás de Torquemada como Inquisidor General.

En 1492 se expulsó a los judíos —de gran poder económico— de España, produciéndose una crisis económica. Salieron de España unos dos tercios, convirtiéndose los demás. También se obligó a los musulmanes a convertirse al cristianismo —pasándose a llamar moriscos— o a abandonar España.

El resultado de esta acción de limpieza religiosa fue la creación de un país de religión cristiana y el comienzo de la identificación de patria y religión.

Se instituye la Embajada permanente de España ante la Santa Sede, que es la primera embajada permanente del mundo y la primera vez que se emplea el nombre de España para un establecimiento oficial.