La matriz de producción energética de Venezuela la coloca como uno de los más monodependientes entre los 26 países de América Latina y el Caribe. En la tierra del oro negro, la economía se resiste a pasar de marrón a verde.
El petróleo local acapara 76,9% del total de la matriz. Le sigue un 15,6% de generación de gas, 4,3% de hidroenergía y 3% de carbón. Las alternativas limpias o renovables no salen del cero en el informe “La visión de la economía verde en América Latina y el Caribe”, elaborado en enero de 2012 por la secretaría permanente del Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA).
En el documento basado en cifras oficiales se concluye que, en materia de energías, Venezuela posee un impacto ambiental y una dependencia de fuentes no renovables situados en la clasificación máxima de “muy alto”, a diferencia de países como Paraguay, el mejor punteado en energías no contaminantes de la región (74,6%).
Desde 1972 cada 5 de junio se celebra el Día Mundial del Ambiente. Este 2012, en sintonía con el Año Internacional de la Energía Sostenible para Todos, Naciones Unidas quiso promover el lema “Economía Verde, ¿te incluye a ti?”.
Menos carbono, menos contaminación
La economía verde, también llamada ambiental o ecológica, demanda una baja de carbono y un uso eficiente de los recursos naturales en un contexto de desarrollo sustentable. Entre otras cosas esto implica una disminución de los subsidios a combustibles fósiles, todo un reto para Venezuela, donde hubo 4.052 derrames petroleros en 2011, según Pdvsa, y en el que 91,75% de sus fuentes energéticas son no renovables y al tiempo altas en CO2, de acuerdo con el SELA.
El petróleo, de hecho, es la matriz energética para la mitad de América Latina, según el organismo internacional. El gas y el carbón figuran como el segundo y tercer tipo de energía-combustible, empleados en el 23,9% y 6% de la región, respectivamente. Las tres fuentes dominantes tienen algo negativo en común: Sus intensas emisiones de CO2 a la atmósfera.
No es casual que Estados Unidos destine este año 59 mil millones de dólares para energías limpias (bajas en emisiones de CO2), o que China les dedique el 38% de su paquete de estímulo financiero. En su plenaria de noviembre pasado, el Grupo de los 20 consideró la transición hacia una economía verde como una forma de superar la crisis.
Caracas se opone
El tema de la economía verde copará la próxima conferencia de la Organización de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable “Río+20”, que tendrá lugar del 20 al 22 de junio próximos en Brasil.
El Gobierno Nacional ya asomó su “más profundo rechazo” a la economía verde y al desarrollo sustentable, al alegar que sus propuestas son el intento de hacer perdurar un sistema en decadencia, profundizando la mercantilización y la globalización de la naturaleza. Así lo hace saber la declaratoria de cara a Río+20 del III Congreso Venezolano de Diversidad Biológica, un evento científico anual organizado por el Ministerio del Ambiente.
“Denunciamos la pretensión de impulsar la economía verde en el contexto del desarrollo sustentable como panacea de un nuevo paradigma de la economía del capital. Estamos convencidos de que la verdadera solución para detener la gran crisis ambiental es cambiar el sistema y no disfrazar este modelo de desarrollo depredador, colonialista y patriarcal”, reza la declaratoria, fechada en Cojedes el 26 de mayo pasado.
Sesgos a la vista
El término de desarrollo sustentable está inserto en la Constitución Bolivariana de 1999 y en el Plan Nacional de Ciencia y Tecnología 2005-2030, recordó María Ángela Flores, investigadora en temas ambientales y profesora de la cátedra de Formación Integral en la Escuela de Economía de la Universidad de Carabobo.
Para Flores, el problema radica en que las economías verdes no responden a los conceptos de economías de escala. Son viables en entornos locales. “Algunos autores como Mas-Herrera en Venezuela, Vázquez Barquero en España e, incluso, algunas de las más recientes publicaciones de Boisier asocian el desarrollo sustentable al endógeno o al desarrollo local. En esos espacios son aplicables los conceptos de agroecología, el autoabastecimiento y generación de excedentes que, por su poca producción, pasan a ser costosos”.
El desarrollo sustentable sólo puede lograrse cuando se incorporan por igual gobiernos, empresas privadas, universidades, ONG, comunidades locales, grupos de base y medios de comunicación. Para Diego Díaz Martín, presidente de la ONG Vitalis y jefe de Estudios Ambientales de la Universidad Metropolitana, el Gobierno, por sí solo, no tiene la capacidad de promover la gestión ambiental eficiente que el país requiere. “Una parte importante del talento y los especialistas se encuentra en las ONG, las universidades y muchas organizaciones privadas, además que se requiere el apoyo e inversión internacional de las agencias de cooperación, en el marco de los acuerdos firmados por la República, y de los cuales Venezuela forma parte”, refrescó Díaz Martín.
Polémico concepto en cápsulas
La Organización de Naciones Unidas (ONU) y su Programa para el Medio Ambiente (PNUMA) han caracterizado rasgos definidores de la economía verde como éstos: Invierte en sectores como las tecnologías de eficiencia energética, las energías renovables, el transporte público, la agricultura sostenible, el turismo respetuoso con el medio ambiente y la gestión sostenible de los recursos naturales, incluidos ecosistemas y biodiversidad.Genera, con lo anterior, nuevos sectores de producción, empleos de calidad y un incremento en el ingreso, que servirá para mitigar el cambio climático. Debe mejorar el bienestar del ser humano y la equidad social, así como reducir los riesgos ambientales y las escaseces ecológicas. Presenta bajas emisiones de carbono, utiliza los recursos de forma eficiente y es socialmente incluyente. Sus 10 sectores considerados como generadores e impulsores de la transformación son Agricultura, Edificaciones, Energía (suministro), Pesca, Silvicultura, Industria, Turismo, Transporte, Residuos y Agua. Sobre turismo sustentable han sido desarrolladas algunas experiencias en Costa Rica, Colombia, Brasil, Argentina, Perú e, incluso, en Venezuela, enumera la investigadora María Ángela Flores. “Sólo que no son la regla sino la excepción”, acota.
En Carabobo
Como aportación a esta fecha conmemorativa, la Fundación Ambiental Internacional Vida Verde, El Movimiento Ecológico de Venezuela, NCTV, Colegio Santa Rosa, Fundación Ambiental de Venezuela y múltiples organizaciones ambientalistas desarrollará una actividad en “La Zona”, de Naguanagua a las 10 am. Participarán jóvenes de colegio, universidades, líderes ecologistas y políticos, representantes de ONG,s y gente vinculada al tema.
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