América


El conquistador español tenía una edad promedio de 27 años, y entendía su misión en América como extensión de la reconquista española. Las mujeres españolas que emigraron a América fueron en una menor proporción, entre una por cada 7 u 8 hombres. El mestizaje en este continente surgió, por ello, coetáneo a la llegada de los europeos a América. En general primaban las relaciones monogamas, como extensión cultural española, pero con descendencia sujeta a legitimación por la corona, que en general concedía. De hecho, más del 65% de los descendientes de los grandes conquistadores españoles eran mestizos, cifra que podría llegar a la casi totalidad en españoles de rangos inferiores .

Tras el periodo de Conquista, la Corona Española pretendió desalentar el mestizaje, y estableció un sistema de Casta (colonial), similar a como en la península se hizo con la doctrina de la limpieza de sangre para limitar privilegios, de tal forma un individuo que pertenecía a "razas" diferentes, tenía su sangre mezclada, formando parte de una casta, hecho que a su vez repercutía en sus derechos. Sin embargo, indiscutiblemente, el sistema de castas jamás fue impermeable, en tal magnitud que el conjunto de "castas" sobrepasó siempre al número de blancos.

Se crearon intereses de castas, de tal forma que se prohibió a a unos portar armas, o ser caciques o protectores de indios, escribanos, corregidores y alcaldes mayores, sentar plaza de soldado, obtener grados universitarios y acceder a las órdenes religiosas, salvo en el caso de que demostraran su condición necesaria. El problema habría resultado insignificante si el mestizaje hubiera sido escaso, pero resultó que generación tras otra ya las castas no podían identificarse, perdiendo la función de rol social pretendida.

La unión de blancos con gente negra, aunque en menor proporción, a diferencia de los colonizadores portugueses, dio origen a nuevas castas coloniales. Los que fueron el fruto de uniones extramaritales tuvieron el estigma de ilegitimidad, sumado al de su ancestro de esclavitud. Las ideas libertarias representaron un serio problema en donde el número de esclavos era mayor. Los esclavos africanos, como los mulatos, se incluían en el sistema de castas. Así, por ejemplo, un esclavo africano no podían andar por las calles de las ciudades durante la noche, montar a caballo o tener indios de servicio. Las esclavas negras libres tenían prohibido usar joyas y vestirse con telas de seda, lo que servía para satisfacer a mujeres de otras castas.

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